Jean-Philippe Lebée ilumina la belleza femenina natural con el Profoto A1

Moda con Profoto A1

El fotógrafo de moda y lifestyle francés Jean-Phillipe Lebée resalta la belleza natural de sus sujetos en imágenes que cuentan una historia. Hace poco utilizó el Profoto A1, el flash de estudio más pequeño del mundo, en una villa de una zona elegante de Marsella. Su intención fue crear momentos cinematográficos que evocaran el ambiente de la Costa Azul de la década de los 80.

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“Me encanta el modo en que la fotografía me permite contar una historia a través de mis imágenes y crear algo único”, confiesa.

El interés de Jean-Phillipe por la fotografía se remonta a su infancia, cuando quedó cautivado por el equipo de fotografía de su padre. “Pero nunca me dejaba tocarlo”, recuerda. Hace siete años se tomó la fotografía más en serio y lleva como fotógrafo profesional desde hace cinco años. Resultó ser un prodigio y ha creado incluso imágenes para marcas internacionales.

En sus imágenes, pretende resaltar la belleza inherente del sujeto en su propio entorno. “Quiero resaltar esos rasgos estéticos y mejorar la imagen, haciéndola aún más bella de lo que puedo ver con mis propios ojos, pero sin esconder nada”, explica.

Muchas de las imágenes contienen elementos cinematográficos. “Me gusta mucho la estética del vídeo y del cine, me llaman más la atención que la estética de las imágenes fotográficas típicas. Me inspiro en películas como las de Jean-Luc Godard y otros directores de cine famosos para configurar mis imágenes, así como para elegir los colores y los modelos que uso”.

Predominio de la luz natural

Jean-Philippe declara que el sol siempre proporciona la mayor parte de la luz en sus imágenes. “Al igual que en la película, normalmente hay una gran fuente de luz”, explica. “Utilizo luz artificial para aclarar las áreas oscuras y resaltar más los colores. Sin embargo, el sol siempre será mi principal fuente y el que contará la historia principal; por ejemplo, la luz del sol reflejada en la piel. Además, en mis imágenes en blanco y negro utilizo un tipo de iluminación cinematográfica, donde siempre hay una fuente de luz cálida”.

Con este enfoque de iluminación, Jean-Philippe se sintió intrigado de inmediato cuando le presentamos la idea de hacer del mundo su estudio con el Profoto A1, el flash de estudio más pequeño del mundo.

“Todavía no había probado el producto y no sabía qué resultado daría en mis imágenes”, recuerda. “Pero, gracias a la tecnología, las herramientas de trabajo en general evolucionan constantemente, haciendo que todo sea más y más pequeño. La fotografía no es una excepción”.

Para Jean-Philippe, el primer paso es siempre encontrar la escena correcta y, posteriormente, elegir un modelo y crear una historia. Para empezar, decidió realizar la sesión en una de las elegantes zonas de las afueras de Marsella. “Me encanta esta ciudad por su riqueza histórica”, dice. “Fue la primera ciudad romana de Francia, llamada Marsilla, y tiene zonas muy hermosas. Lo considero casi como el París del sur”.

Recuerdo del pasado

Jean-Philippe decidió disparar como siempre, porque quería ver cómo el A1 cambiaba la forma en que trabajaba con la luz, manteniendo la misma estética general. En este caso, las imágenes cuentan la historia de una mujer joven en una gran villa en el sur de Francia. El ambiente es alegre y veraniego, como la Costa Azul de los años 80.

“La mujer está recordando su juventud cuando disfrutaba de ese entorno”, explica. “Normalmente, trato de capturar personas en su entorno natural, lo que no hicimos aquí, obviamente. Pero quería hacerla sentir relajada, como si fuera su propia casa. Supuso un desafío, así que, aunque trabajamos con un estilista, hicimos que la modelo usara su propia ropa. También le pusimos un maquillaje muy natural”.

Tamaño reducido y portabilidad

Desde el principio, descubrió que el A1 es más fácil de usar que otros flashes debido a su reducido tamaño y portabilidad. “Mi primera reacción fue que el A1 era fantástico porque tiene el mismo tamaño y peso que una lata de refresco y, aún así, puede aportarme resultados de iluminación sorprendentes”, confiesa.

Dentro de la villa, Jean-Philippe combinaba la luz del A1 con la luz natural que entraba a través de una ventana.

Con la modelo sentada en un tramo de las escaleras, en una postura relajada e informal, Jean-Philippe usó el A1 acoplado en la cámara con el Soft Bounce, moviéndose alrededor de ella para ajustar el encuadre y el ángulo del flash. Gracias a que se trata del flash de estudio más pequeño del mundo, el A1 hizo que a Jean-Philippe le resultara más fácil moverse y le aportó mayor comodidad, mientras que la modelo percibió un proceso menos artificial.

“No le expliqué demasiado a mi modelo, solo quería que en la imagen estuviera presente y natural en todo momento”, dice. “Entonces traté de trabajar encuadrando la escena. Moverse con el A1 me permitió arreglar áreas de sombra en la imagen, especialmente en la piel. Rara vez utilizo el flash directamente sobre mis sujetos”.

Trabajar con contraste y movimiento

Mientras la modelo tomaba el sol tumbada en el suelo, dejó que sus dedos crearan sombras en su rostro debido a la luz natural. “Quería crear una imagen glamurosa y realmente me gustaba el efecto de las sombras en su rostro”, explica. Solo le pedí que imaginara que estaba en la escena de una película”.

Mientras tanto, su asistente apuntaba el A1, controlado por un Air Remote acoplado en la cámara, sobre un reflector, mientras que Jean-Philippe trabajaba con el contraste y el movimiento. “Me gusta usar iluminación natural en mis fotos, pero el A1 me permite trabajar con el contraste, añadirlo o quitarlo, reajustar las sombras que son demasiado oscuras e iluminar el rostro”, explica.

Señala que el flash también puede acentuar y capturar el movimiento dentro de una imagen. “Solo el instante del disparo del flash puede crear ese efecto, mientras que la luz natural no puede”, comenta y añade: “Me gusta utilizar el 80 % de luz natural y, después, usar el 20 % del flash para capturar este contraste y movimiento”.

Jean-Philippe añade que la función del zoom del A1 es una ventaja, porque le aporta un nivel adicional de control. “Me permite enfocar mi flash y darle más o menos dirección desde cualquier distancia”, dice. “Es una gran ventaja, porque, incluso si el flash está a plena potencia, no hay luz innecesaria en el centro de la imagen”.

 

“Es un dispositivo increíble”

Jean-Philippe cuenta que el A1 fue excelente y que le ofreció los resultados que buscaba. “Es un dispositivo increíble, realmente robusto, extremadamente pequeño y ligero, que es lo que necesitábamos para hacer este tipo de imágenes en las diferentes partes de la casa”.

“También aportó la iluminación de aspecto natural que quería, confiriendo suavidad a las imágenes y eliminando las sombras innecesarias. Además, puedo usarlo como una luz de modelado, controlarlo de forma remota o hacer que mi asistente lo use para controlar mis necesidades de iluminación a distancia. Es realmente una herramienta fantástica”.

En el análisis final, Jean-Philippe confiesa que no considera que el A1 sea un speedlight, sino que lo ve como otro flash de estudio Profoto, y añade: “Este dispositivo ha cambiado por completo la forma en que pienso sobre la iluminación artificial cuando configuro mis sesiones. ¡Fue una pena que no haya tenido más tiempo para seguir probándolo!”